viernes, 16 de septiembre de 2016

Los rostros falsos de Miguel Hidalgo y Costilla.



 


Todos conocemos al Padre de la Patria, clave fundamental de la Independencia de México, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, con su forma de ser tan noble, tan calma pero a la vez valiente y con un espíritu lleno de sed de justicia, con esas características físicas tan particulares con su escaso cabello gris, con una expresión siempre seria y magnífica, vestido todo de negro con un saco largo que apenas deja ver sus ropas de hábito religioso.

Sin embargo, historiadores han revelado que realmente ese no es el Miguel Hidalgo verdadero, que todos esos murales, cuadros y figuras de las biografías y planillas son una imagen creada, inventada que no tiene ningún sustento histórico pues realmente el cura nunca fue pintado, retratado ni siquiera hay documentos históricos válidos donde describan su apariencia, a excepción de un solo rasgo, su nariz aguileña.

El único vestigio en el mundo que puede dar fe a la apariencia real de Miguel Hidalgo es una pieza tallada en madera por Clemente Terrazas, una pequeña escultura que apenas alcanza los 18 centímetros de altura y que se encuentra alojado en el Museo Nacional de Historia en la Ciudad de México, esta figura fue hecha a partir de una visita que hizo Hidalgo en Guadalajara.







 Esta figura resalta esa caracterizara de nariz aguileña y su saco largo, sin embargo no se ve si realmente tuvo calvicie pues un sombrero de copa larga cubre su cabello, pero sus facciones se parecen mucho a la pintura realizada por Joaquín Ramírez, pero debido a que fue pintada a 50 años de su muerte, ni siquiera representa una imagen fiable.



 Después de ahí solamente vienen puras reproducciones con algunas variantes entre sí, algunos creándole una imagen de acuerdo a su condición criolla, mientras que otros autores le dan una apariencia más europea, algunos otros prefirieron darle rangos indígenas.






Algunas otras características inventadas para darle una imagen religiosa, sugieren aun padre anciano y lento, cuya fuerza radicaba en inspirar masas por su hábito, y su capacidad intelectual al negociar y buscar alternativas diplomáticas, sin embargo, los historiadores saben que no fue así exactamente, Miguel Hidalgo era un hombre fuerte, valiente, que empuñaba una espada y enardecía el valor del pueblo al abrirles los ojos y prometer la caída de un impero para dar paso a un nuevo mundo, montado en su caballo iba destrozando barrotes, puerta y cadenas de cárceles a su paso para liberar a su gente y convertirlos en sus legión compuesta por rancheros, esclavos, agricultores, pobres y más, sin embargo fue durante el siglo XX que se empezó a manipular la información y a restarle sus grandes características revolucionarias y rebeldes, convirtiéndolo en un "padrecito" donde todos peleaban en lugar de él.


Los libros de texto, biografías y otros materiales donde muestran al Miguel Hidalgo inventado debe de empezar a quedar atrás, es nuestro deber como mexicanos mostrar al verdadero Padre de la Patria, con la esperanza de que inspire a más personas en el presente como lo hizo en su tiempo para salvar a la nación. 

 




   

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